Resumen
Esta nueva versión desdentada y sin sangre de Lote de Salem es verdaderamente anémico, y además de ser bueno para algunos juegos de palabras, hubiera sido mejor dejarlo en el estante.
Mientras hago todo lo posible para evitar los juegos de palabras sobre vampiros, esta nueva versión de Lote de Salem no lo pone fácil. Sin dientes. Anémico. Incruento. Todos estos son adjetivos que desafortunadamente se aplican, con la inútil reedición de 2024 de la clásica novela de vampiros de Stephen King muy lejos de la versión de 1979 de Tobe Hooper.
No sé qué pasó. La película se anunció en 2019, se rodó en 2021, se agregó en 2022 y luego se mantuvo en un ataúd hasta ahora. James Wan (el conjuro) y Gary Dauberman (el guionista de Él y annabellemanteniendo un poco las cosas en la familia) presumiblemente gran parte de su visión original quedó en el piso de la sala de montaje, lo cual quizás sea mejor. El propio King hizo campaña para el estreno de la película; tal vez vio la versión original.
La versión que recibimos, que se transmite en Max, sigue los mismos principios básicos que la novela. Está ambientado en 1975 en la ciudad sin cuenta de Jerusalem’s Lot, Maine, donde el problemático autor Ben Mears (Lewis Pullman transformándose en su padre en tiempo real) regresa en busca de inspiración novelística. Inmediatamente se convierte en una celebridad local, lo que atrae la atención de la torpe pero muy guapa bibliotecaria Susan (Mackenzie Leigh), pero no es el único recién llegado, y el otro es más preocupante.
Straker (Pilou Asbæk, disfrutando una vez más del papel de villano) es un heraldo de cosas mucho más oscuras por venir, concretamente un vampiro latente llamado Barlow que ha elegido la tranquila ciudad como su coto de caza. Mientras la atención se centra en Mears, Straker toma medidas siniestras contra los niños de la ciudad, concretamente Danny y Ralphie Glick (Nicholas Crovetti y Cade Woodward), para encontrar un sacrificio adecuado que devuelva a su maestro al poder.
Mientras el mal se está gestando, Mears y Susan se unen a otros lugareños, incluido el maestro de mente abierta Sr. Burke (Bill Camp), el sacerdote fallecido Padre Callahan (John Benjamin Hickey), el Dr. Cody (Alfre Woodard) y el intrépido chico nuevo Mark. (Jordan Preston Carter), para evitar que Barlow lleve a cabo su conspiración.
me gusta el Lote de Salem Novela, pero veo que sería difícil adaptarla bajo cualquier circunstancia, y mucho menos éstas. Una historia que depende mucho de la atmósfera, la textura y la compleja política de un pueblo pequeño rápidamente se vuelve ridícula cuando se presenta en un avance rápido como este, con todos los rincones más intrigantes (y muchas de las ideas más oscuras) eliminados en aras de la brevedad.
Lote de Salem (2024) es, verdaderamente, desdentado. Se aleja de la brutalidad en cada oportunidad, dejando que todas las cosas divertidas ocurran fuera de la pantalla después de tortuosas preparaciones para dominar los sobresaltos. Entiendo que no todo el mundo está dispuesto a ver niños masacrados, pero gran parte del poder de la historia original vive en esos espacios, en la idea de un mal tan profundo que no discrimina por edad.
Todos los fundamentos temáticos son los mismos. Callahan está especialmente descuidado, su compleja batalla con su fe recortada casi por completo hasta que es necesaria para un momento específico. El ritmo al que todo el mundo acepta que hay vampiros en la ciudad parece absurdo, y más aún cuando los ves flotando con ojos brillantes como marionetas con hilos.
Le daré a la película una cosa: su clímax, ambientado en el autocine de la ciudad al atardecer, es bastante inspirado y casi vale la pena soportar las tonterías apáticas que la preceden. Pero todavía se siente como demasiado Lotes de Salem La verdadera esencia –sus ideas de fe, libertad y decadencia estadounidense– se consideró excedente de las necesidades, y lo que quedaba, como Barlow, era mejor dejarlo almacenado.